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Promoción turística en México. |
La promoción turística en México continúa enfrentando obstáculos estructurales que afectan su efectividad. A pesar de los cambios en administraciones y las múltiples promesas, persisten prácticas que perjudican directamente la imagen y posicionamiento de los destinos del país.
Desde la falta de coherencia en la imagen institucional hasta el uso excesivo de los nombres y rostros de funcionarios, las oficinas de turismo —ya sea SECTUR, CPTM o direcciones estatales y municipales— siguen cometiendo errores que debilitan el impacto de sus campañas.
Promoción Turística Deficiente: Más de lo Mismo
Se puede debatir si un funcionario es mejor que otro, o si merece aplausos por sus esfuerzos, pero la realidad es que la promoción turística en México sigue igual. Las oficinas de turismo siguen utilizando el pretexto del presupuesto limitado, favoreciendo a sus conocidos, y ejecutando acciones que poco o nada benefician a los destinos.
En este post enlisto algunos de los vicios más comunes que continúan afectando negativamente el desarrollo turístico en el país:
1. Nombres y apellidos por encima del destino. Los materiales promocionales (impresos, videos, spots de radio) deberían enfocarse en el destino turístico, no en quién los firma. Sin embargo, es común ver el nombre del secretario o director en turno casi en letras doradas. Cuando llega un nuevo funcionario, lo primero que hace es descartar todo lo que lleve el nombre del anterior, desaprovechando recursos y esfuerzos.
2. Imagen cambiante cada sexenio. Con cada administración se cambia la imagen institucional, lo cual implica rediseñar desde logotipos hasta sitios web. Esto genera inconsistencias y desperdicio de inversión pública. Una imagen de marca turística puede mantenerse vigente por una década o más, adaptándose a los tiempos sin necesidad de desechar todo cada periodo electoral.
3. Protagonismo del funcionario. En videos promocionales se invierte en producción de alta calidad, solo para terminar mostrando al funcionario recorriendo el destino. ¡Error! El protagonista debe ser el lugar, no el funcionario. Al turista no le importa ver el rostro ni conocer el nombre del director de turismo. Lo que interesa es la experiencia del destino.
4. Mezclar información con promoción. Promoción no es lo mismo que información. Cada una requiere un enfoque distinto. Un video turístico debe inspirar, emocionar y despertar el deseo de viajar. En cambio, los datos duros (estadísticas, cifras, logros administrativos) deben comunicarse en otro canal, dirigido a un público diferente.
5. Favorecer negocios propios. En viajes de prensa o fam trips se sigue incluyendo, sin falta, el hotel, restaurante o negocio vinculado a algún funcionario. No se trata de excluirlos, pero deberían competir en igualdad de condiciones con los demás prestadores de servicios del destino. Esta práctica daña la credibilidad del sector turístico.
6. Agradecimientos excesivos. Frases como “Gracias al gobernador X por el apoyo a este evento” aparecen con demasiada frecuencia. Eso no es promoción turística, es lambisconería. El funcionario está cumpliendo con su deber. En lugar de ocupar espacios valiosos con agradecimientos públicos, deberían promoverse las virtudes del destino.
7. Eventos al vapor. Para aparentar actividad, se organizan eventos de bajo presupuesto y sin conexión real con la cultura local. Festivales, concursos y celebraciones improvisadas no generan resultados sostenibles. Es preferible hacer poco, pero con calidad, que llenar el calendario con actividades sin impacto real.
8. Crear nuevos productos en lugar de fortalecer los existentes. Muchas veces se lanza un festival nuevo solo porque el estado vecino ya tiene uno similar. En el camino, se deja de apoyar eventos consolidados que sí han funcionado. En lugar de competir entre destinos con productos parecidos, sería mejor fortalecer lo que ya existe y coordinarse regionalmente.
Esto es solo una muestra de los múltiples errores que se repiten día a día en la promoción turística de México. Es momento de pensar más en el viajero, en el valor de largo plazo de nuestras marcas turísticas y en la verdadera profesionalización del sector.
México tiene todo para posicionarse como un líder global en turismo, pero para lograrlo, debemos dejar de anteponer intereses personales y empezar a trabajar con estrategia, transparencia y visión a futuro.