Hotel Boutique Villa María Cristina.


Ocasiones para visitar el Hotel Boutique Villa María Cristina en la ciudad de Guanajuato, he tenido muchas, pues su restaurante suele ser bueno y también he ido a algunos eventos que se han llevado a cabo ahí, pero ésta es la primera vez que me hospedo en él, y la experiencia fue agradable aunque me quedaron a deber detalles y saludos.


Hotel Boutique en Guanajuato


Una bella casona antigua ubicada en el famoso barrio del Paseo de la Presa, uno de los más tradicionales de la ciudad de Guanajuato (Guanajuato, México), alberga hoy a Villa María Cristina. Apenas se abren sus puertas, el gran estilo, el lujo y buen servicio se hacen sentir. Con una bella fuente justo frente a la terraza del restaurante, patios, arbustos y flores perfectamente cuidados, y 13 suites decoradas con gran cuidado, este hotel boutique es uno de los consentidos de la región.

 Pasar un rato en su jacuzzi exterior, descansando y disfrutando de la vista del Cerro de la Bufa en la tranquilidad de esta bella ciudad colonial, de verdad que no tiene precio. Y qué decir de cómo luce este hotel de noche, es de impresionante belleza con la iluminación que le colocaron que sin duda resalta cada espacio a la perfección.

Por otra parte, las suites son todas hermosas y cuentan con amenidades de L’Occitane, finos muebles y ropa de cama impecable, albornoz y aire acondicionado, claro que ahí es donde digo que me faltaron detalles que a mi parecer, un hotel boutique debe cuidar, por ejemplo: encuentro finas copas y agua de Noruega dispuesta en el interior del closet, pero en el fondo está el horrible extinguidor, una pluma cualquiera hasta con el código de barras pegado y algunas otras pequeñas cosillas que creo deben ser cuidadas cuando se ostenta la categoría Gran Turismo.

El spa cuenta con una bella alberca que fácil podría yo asegurar que no hay otra tan bonita a los alrededores, además de que la mantienen muy cuidada. Sin embargo, me “salta” un poco que no cuente con una marca que lo respalde y ni siquiera usen alguna línea fina y reconocida de productos, sobre todo considerando la categoría del hotel.

El último detalle que me decepcionó fue que por la mañana ningún empleado da los buenos días, raro porque yo suelo pasear temprano por los lugares que visito y siempre recibo un saludo y una sonrisa del personal y aquí no fue así; y por último, en el desayuno me llevaron un pan muy chicloso (que obviamente era de un día anterior) y al preguntar al mesero si lo habían calentado en microondas, no tuvo más que aceptar que así había sido. En ese caso creo que habría preferido pan de caja tostado, tomando en cuenta que el desayuno por persona cuesta algo así como 140 pesos.