Decretar un viaje va más allá de soñar despierto: es una práctica poderosa que une intención, enfoque y acción. En mi caso, aprendí su valor gracias a una experiencia curiosa con el Feng Shui, que me enseñó que manifestar lo que deseas no depende de amuletos, sino de tu convicción y claridad. Hoy te comparto cómo decretar viajes de manera consciente, con pasos sencillos que he aplicado para convertir mis sueños viajeros en realidad. París, playas, monumentos... ¡todo empieza con una afirmación!
Mi primer acercamiento al Feng Shui (y sus peces)
Antes de entrar en materia, es preciso contarles lo que me llevó a aprender que, si deseo algo de verdad, debo decretarlo. Esto lo comprendí luego de mi fallido acercamiento al Feng Shui, que he de aceptar, no fue muy bueno en sus inicios.
Hace algunos años el Feng Shui aparecía por todas partes: libros, revistas, televisión. Yo era totalmente escéptica, pero algo me decía que debía probar. Un día, una revista llegó a mis manos con un artículo que daba “valiosos consejos”. Decidí intentar el famoso tip de los peces.
Una aventura (trágica) con peces de la suerte
Al día siguiente, gasté una lanota en la pecera con todos sus aditamentos, la cantidad exacta de peces y los colores recomendados. La coloqué en mi oficina en el lugar indicado. Por un tiempo, todo marchó bien… hasta que los peces comenzaron a desaparecer.
Uno murió, otro apareció seco detrás del mueble. Con cada pérdida, corría a comprar el reemplazo, como marcaba el artículo. Hasta que llegó el invierno: un día la corriente se fue, el agua se congeló y los peces también. La gota que derramó el vaso fue cuando el calentador se descompuso y encontré caldo de pescado. Fue entonces cuando decidí quitar la pecera.
Lo que realmente aprendí del Feng Shui
Tras esa experiencia, decidí estudiar el Feng Shui desde un enfoque más profundo. Así comprendí tres cosas clave:
* Si no cambias tu forma de actuar, tu vida no cambiará por mover objetos.
* Necesitas enfoque total en tus objetivos reales.
* Desear no basta. Hay que decretar con fuerza lo que quieres lograr.
Cómo comencé a decretar mis viajes
Comencé a aplicar estos aprendizajes a mis viajes. Al principio, mis amigos se reían, pero con el tiempo se convencieron. Como cuando en 2009 decidimos llevar a mi hija en su primer viaje a Europa. Yo decía firme: “Ese día estaré en París”. Y sí, el día de las elecciones mexicanas, yo estaba caminando frente a la Torre Eiffel.
Cómo decreto mis viajes (y tú también puedes)
Aquí te dejo mi método personal para decretar viajes, que me ha funcionado con constancia:
Identifica un deseo verdadero: no algo pasajero, sino un “¡yo quiero estar ahí!”
Ponle fecha realista: considera tus días disponibles y vacaciones.
Empieza a ahorrar con convicción: olvídate de gastar en tonterías.
Decláralo y visualízalo: dilo con firmeza, compártelo y repítelo.
Cree en ti y en tu capacidad: si lo decretas con seguridad, ¡lo lograrás!
Tropiezos sí, pero sin detenerse
Por supuesto, he tenido tropiezos. A veces se cambian fechas o servicios, pero eso no impide que llegue al destino. Decretar viajes funciona, solo hay que tener claridad, intención y adaptación. Cuando pones tu energía en ello, el universo conspira… ¡y tú haces que pase!