La importancia de viajar con los hijos: aprendizaje y disfrute

Viajar, niños
Viajar con niños.

Viajar en familia es una experiencia que enriquece a todos, especialmente a los niños. Las vacaciones no solo deben ser sinónimo de descanso, sino también de convivencia y aprendizaje. Viajar con los hijos permite que vivan nuevas experiencias, se adapten a distintas culturas y descubran el mundo de una manera divertida. En este artículo, comparto cómo mis viajes con mi hija la han ayudado a desarrollarse y a disfrutar de cada momento juntos, desde museos hasta playas y cruceros.

Vacaciones en familia: un tiempo para aprender y convivir

Siempre he dicho que para el mexicano, en su mayoría, vacaciones es sinónimo de playa, de echar chela y dejar pasar los días recostados en un camastro frente a la playa o la alberca. Mientras los niños juguetean y hacen de las suyas, los padres a veces se olvidan de que tienen hijos. Aunque esta tradición sigue vigente, la mentalidad del viajero familiar está cambiando, y cada vez más padres entienden la importancia de viajar con los hijos.

El valor de viajar con los hijos

Aunque aún falta mucho por hacer, creo que es esencial resaltar la importancia de que las vacaciones sean para convivir, aprender, descansar y "estar juntos". Cada miembro de la familia debe poder disfrutar de actividades separadas de acuerdo con su edad e intereses, pero siempre buscando un balance.

Aprendizajes y beneficios de viajar con los hijos

Personalmente, he defendido el viajar con mi hija, ya que he sido testigo del gran aprendizaje que le ha proporcionado. Hoy en día, tiene un dominio excelente sobre el desplazamiento en un aeropuerto, hacer su maleta y adaptarse a horarios, comidas y costumbres de otros países. Además, disfruta visitar museos, mercados, y hasta el teatro, y tiene una gran capacidad de adaptarse a diferentes entornos.

Por supuesto, como toda niña, también ama el mar y las albercas, lo que hace que nuestras vacaciones sean aún más especiales.

La experiencia de un primer crucero

Recientemente, durante nuestro viaje en el Allure of the Seas, que fue su primer crucero, mi hija me sorprendió con una de sus expresiones. Después de salir al balcón de nuestro camarote, extendió sus brazos y me dijo: "¡Ven mami, mira qué bonito se siente… es aire… es mar… es libertad!"

Su expresión me derrotó. Me di cuenta de que, al viajar con ella, le estoy dando alas para que, algún día, vuele sola con seguridad y sin miedos, para vivir la vida que elija.

Los viajes enriquecen a los niños

Cada viaje con mi hija me demuestra que no me he equivocado al brindarle esta vida llena de aventuras. Aunque a veces las circunstancias sean difíciles (como vuelos tempranos o comida chatarra en el camino), la recompensa está en ver su sonrisa, su sorpresa y el aprendizaje que obtiene de cada lugar que visitamos.