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Restaurante Market, Shangri-La, Vancouver. |
Si te preguntas dónde comer en Vancouver durante tu visita, aquí comparto una ruta personal llena de sabor. Desde mercados locales hasta restaurantes de alta cocina y food trucks, esta ciudad canadiense tiene una increíble variedad gastronómica que te sorprenderá en cada rincón. Acompáñame en este recorrido de sabores, texturas y experiencias que viví durante mi estancia en Vancouver.
Granville Island Public Market: un inicio delicioso
Llegué a Vancouver poco después del mediodía y ansiaba recorrer la ciudad, pero antes había que comer. Así fue como conocí el Granville Island Public Market, el lugar perfecto para saciar el hambre y un gran preámbulo a todas las delicias que degustaría los siguientes días.
Vodka local y cenas elegantes
Tras pasear por Vanier Park y visitar el Museo de Vancouver, hice una parada en Long Table Distillery, una pequeña destilería familiar que abrió en 2013. Ahí conocí al dueño, quien ofrece degustaciones los viernes y sábados de mediodía a 6 p.m. Una gran oportunidad para conocer y comprar un producto local de gran calidad.
La cena fue en el Restaurante Market, dentro del elegante hotel Shangri-La. Comencé con un Sauvignon Blanc La Vieux Pin que maridó perfectamente con un platillo sencillo de ricotta, menta y cítricos. Le siguieron delicias como Charred Corn Ravioli, Aguachile de camarón, Halibut con manzana y coco, Roasted chicken y un espectacular postre de frambuesa y yuzu. Cerré con un ice wine, clásico canadiense para una buena cena.
Comida en las alturas y mercados nocturnos
Al día siguiente, tras maravillarme con Capilano Suspension Bridge y Grouse Mountain, almorcé en Altitudes Bistro, en la cima de Grouse Mountain. Las vistas eran increíbles y la comida también: sopa de cebolla y salmón.
La cena fue más informal, mientras paseaba por el Vancouver Chinatown Night Market, probando diversos platillos tradicionales. Algunos me encantaron, otros no tanto, pero toda la experiencia fue muy agradable.
Dim Sum y gastronomía local
Gracias a mi amigo Maurice, conocí un auténtico Dim Sum en el Restaurante Kirin. Es un almuerzo en el que los platillos se comparten al centro de la mesa. Local, delicioso y sorprendentemente económico: $15 por persona con propina incluida.
Más tarde, cené nuevamente en Granville Island, esta vez en Edible Canada at the Market, mi restaurante favorito del viaje. Ambiente relajado, cocina natural, sin pretensiones. Probé el salmón ahumado con avellanas y un Pea & ricotta rotolo, todo acompañado con Sauvignon Blanc. El postre fue una exquisita Crème Brûlée.
Tip: hay que reservar con días de anticipación, ya que es muy popular. Los platillos son abundantes y a buen precio.
Street food, gelato y despedida con sabor
En mi último día, entre lluvias típicas de Vancouver, busqué una opción del Vancouver Street Food. Gracias a su app gratuita, encontré Mom's Grilled Cheese Truck. Sandwiches calientitos, una limonada con jengibre y un trato amable. ¡Perfecto!
De postre, me di un gusto en Bella Gelateria, reconocida incluso en Italia. Aunque no iguala a los gelati italianos, tiene muchos sabores y buena calidad. Vale la pena.
Mi cena de despedida fue en Fish Shack, informal y sabrosa, con tapas y bocadillos del mar.
El valor del slow food en Canadá
Una de las cosas que más me gusta de Canadá es su fuerte impulso al slow food y al consumo local. Los restaurantes suelen comprar productos a proveedores cercanos, lo que garantiza frescura, apoya la economía local y es más sostenible. Vancouver es un claro ejemplo de esta práctica.
En fin, así fue mi paseo culinario por la hermosa ciudad de Vancouver, a donde espero regresar pronto. Seguramente volveré a algunos de estos lugares que me dejaron tan buenos recuerdos y sabores inolvidables.