Cataratas del Niágara
Cataratas del Niágara.


Una gran nube de vapor y agua, y el fuerte rugir, te avisan que te acercas a las Cataratas del Niágara. Impresionantes, enormes y ruidosas, son uno de los grandes atractivos de Canadá y se encuentran en la provincia de Ontario, a tan sólo unas dos horas por carretera de Toronto, en la frontera con Estados Unidos.



Tour a las Cataratas del Niágara


Nosotras optamos por visitar las Cataratas del Niágara en un tour privado en esta ocasión. Las recorrimos por arriba, hicimos el tour llamado Journey Behind the Falls, comimos deliciosamente increíble en Peller Estates Winery y paseamos por Niagara-on-the-Lake. Definitivamente debemos regresar y quedarnos al menos un par de noches en esa área, porque hay mucho por hacer. Además, visitar las cataratas de noche debe ser fabuloso, incluso hay ciertos días que tienen fuegos artificiales. ¡Ya quiero volver! 

Las Cataratas del Niágara están conformadas por dos caídas de agua; la más grande llamada Horseshoe Falls, del lado canadiense; y la más pequeña, American Falls que está en territorio de Estados Unidos. Tan sólo un puente (Rainbow Bridge) separa a ambos países.

Como te decía, del lado canadiense está La Herradura (Horseshoe Falls), que mide 670 metros de ancho y 57 metros de alto. Nosotras la vimos desde arriba y luego fuimos a vivir Journey Behind the Falls, que consiste en ver las cataratas por debajo de ellas, gracias a unos túneles que permiten a los visitantes ver caer el agua de frente. Para ello, bajamos en un elevador que desciende 38 metros y paseamos por los muy fríos túneles hasta llegar a varios miradores desde donde el estruendo y salpicada del agua es fascinante. Lo puedes ver en el video que te dejo a continuación.


Después de comprar algunos souvenirs, fuimos hasta Peller Estates Winery, que es una de las vinaterías más importantes de la región. Visitamos el lugar, tuvimos una fantástica comida en un ambiente muy elegante y con una vista increíble. Fue una de las comidas que más nos gustó durante el viaje porque el lugar es verdaderamente hermoso y tranquilo. El servicio es impecable y la comida, ¡ni se diga! Ahí yo opté por probar la sopa del día, que era de papá y después, Chardonnay Braised Yorkshire Valley Chicken; y mi hija eligió la trucha ahumada y después Hand Rolled Linguini. De postre compartimos la Chanberry Ginger Pavlova. 

Luego pasamos a la degustación de Ice Wine, que en Peller Estates Winery se hace en un pequeño salón muy especial, ¡de hielo! Ahí pude conocer su variedad de Ice Wine y aprendí que definitivamente no todos son iguales. También aproveché para comprar algunas botellas de Ice Wine, pues tienen un mejor precio que en otros sitios y una bella tienda.

El recorrido concluyó con un tiempo libre para caminar por Niagara-on-the-Lake, que en verano debe ser una delicia. En invierno es muy tranquilo, pero la nevada y el frío le dio un toque muy singular. Las tiendas y las cafeterías invitan a pasar y la gente es amable. Por supuesto que también aprovechamos para comprar regalitos, como mermeladas, chocolates de Ice Wine y otros curiosidades. 

Aproximadamente a las 7 de la noche estábamos de regreso en Toronto, entrando a nuestro hospedaje que en este viaje fue el Chelsea Hotel

Fue un gran día, pudimos visitar bastante pero de verdad que recomiendo ampliamente que en tu viaje destines por lo menos un par de días para Niágara, vale mucho la pena.

También tienes la opción de ir en tour a las Cataratas del Niágara es muy recomendable porque ahorras mucho tiempo y vas directo sin complicaciones hasta las cataratas y a realizar las actividades que incluye el recorrido.