Hotel_Tepatitlán
Grand Hotel Boutique.

Tepatitlán está muy cerca de Guadalajara, en Jalisco, es un pueblo donde la principal actividad económica es la avicultura y hasta donde fuimos para disfrutar de su ambiente, calidez y tranquilidad. Durante este verano recorrimos algunos lugares de Jalisco y la primera parada fue el Grand Hotel Boutique, donde encontramos un rinconcito de Europa.


Hotel boutique en Tepatitlán


Llagamos antes de medio día a Grand Hotel Boutique en Tepatitlán, pues nos queda muy cerca de casa (Guanajuato). Es la primera vez que visitamos Tepa y pronto lo entendimos porque es pequeño y con la clásica estructura con una plaza central, templo, presidencia municipal y casonas, las que en su mayoría no son muy antiguas, por cierto. 

Una cuadra más delante de este centro de Tepatitlán, está Grand Hotel Boutique, el que resalta en la cuadra por ser un hermoso edificio de varios pisos. Entramos y los detalles resaltan a la vista, un estilo francés en mobiliario, muros, adornos y candiles.

Pronto fuimos recibidos con gran amabilidad, dejamos el auto en el estacionamiento del hotel y nos sentamos a tomar café y té en uno de sus espacios comunes, una bella sala con mucha iluminación y decorada con espero, como todo el hotel.

Un poco más tarde fuimos a nuestra habitación, la que nos dejó encantados. Cabe mencionar que en Grand Hotel Boutique, que es miembro de la Asociación de Haciendas y Casonas de Jalisco, las habitaciones son temáticas. Nosotros estuvimos en la que lleva por nombre Aida, que tiene toques egipcios. Los muebles, el techo, los detalles, todo es para admirarse con detenimiento, además de que era muy cómoda, amplia y con todos los servicios que un hotel de alta categoría puede ofrecer.

Todas las habitaciones en Grand Hotel Boutique tienen aire acondicionado, caja de seguridad, Ipod despertador, TV grande, Wifi, batas de baño, pantuflas, amenidades de marca y más comodidades. Asimismo, el desayuno está incluido, el que se sirve en un muy agradable espacio estilo bistrot. Jugo, fruta, rico café y platillos preparados al momento con frescos ingredientes y una gran sazón. ¡Vaya que nos gustó!

Como yo soy muy curiosa, me di a la tarea de recorrer buena parte del hotel y preguntar más sobre sus servicios. Subí su imponente y amplia escalera de caracol, pasé por una galería donde se exponen obras de artistas locales, por un salón de reuniones, una pintoresca sala de belleza, que me contaron es usada principalmente para arreglar a novias; y en la última plante encontré un gym y sala de masajes.

Luego pude echar un ojito a algunas de las suites, y creanme que me impresionaron, sobre todo la llamada Alambra y María Antonieta, que son ideales para una noche de bodas o algún festejo en particular. Estas suites son muy grandes, elegantes y con tantos detalles que sería imposible mencionarlos todos.