Chichén_Itzá_Yucatán
 Templo de Kukulkán

Impecable espectáculo (como lo conté en “¡Noches de Kukulkán, impresionante!”), en lo que se refiere a sus características de contenido, técnicas, entretenimiento y demás; pero es lamentable la actitud del personal de Chichén Itzá (Yucatán), así como las reglas totalmente absurdas que aplican. Aquí les cuento nuestra experiencia.


Luz y sonido en Chichén Itzá


Llegamos y cambiamos los comprobantes que recibimos por correo electrónico, por las entradas, luego de ello fuimos a formarnos a una fila que nos indicaron; ahí comencé a observar que no hay un ingreso preferencial para adultos mayores y personas con capacidades especiales.

Luego, un par de hombres, empleados del lugar se paseaban de un lado para el otro con cigarro en mano, pese al claro aviso de “Prohibido fumar”; ahí me quedó claro que ciertas reglas aplican para visitantes solamente.

Una vez que llegó el momento de entrar, todos comenzamos a caminar rápido para alcanzar los mejores asientos frente al Templo de Kukulkán y entonces vi a un grupo de mujeres y una pareja de adultos mayores que con dificultades iban en el accidentado camino de terracería. ¡Pero cómo es posible tanta insensibilidad! ¿No hay forma de darles ingreso previo para que vayan a su paso? Aunque en mi opinión, lo mejor sería llevarles en un carrito de golf. 

El señor le decía a su mujer “no te preocupes, no importan los lugares que nos toquen”. De verdad, qué pena que no se tomen las medidas necesarias para que las personas que lo requieran puedan disfrutar con comodidad y dignidad de los atractivos y espectáculos que hay en nuestro país, mucho más cuando hay forma de poner algún carrito de golf para que los lleven. Incluso debería haber una zona acordonada para adultos mayores y personas con capacidades especiales. Esa no hay, pero sí una fila entera para VIP que ingresan poco antes del espectáculo y por otra entrada.

Ahí no acabó la cosa, llegamos hasta los asientos y por supuesto que los que corrieron tomaron los mejores (la primera era VIP); luego de eso, yo esperaba que dieran el aviso para ir al recorrido guiado (que tienen anunciado en su sitio web), como no escuché nada al respecto, me levanté y pregunté, entonces el vigilante me dice: “Lo están haciendo algunos, casi se acaba”, varias personas escuchan y se levantan de sus asientos para ir, pero se me ocurre preguntarle si al regresar nuestros asientos serían los mismos, a lo que me respondió: “Ah, eso sí, se los pueden ganar, nadie se los va a apartar”. Uhquela!!! Por qué no se para alguien en frente y dice: “Es momento de hacer el recorrido, les pedimos que respeten los asientos que tienen”. 

Acto seguido, cada familia se organizó para dejar a alguien vigilando los luegares y los demás fueron a hacer el recorrido; como se imaginarán, no lo hice porque me tocó quedarme.

En general, las respuestas del personal de vigilancia carecen de amabilidad, incluso gritan a los visitantes y llegan a ser groseros. Es realmente triste que un espectáculo de tan alto nivel se vea empañado por detalles como estos.