La Travesía Sagrada Maya: una experiencia única en el Caribe

Travesía Sagrada Maya en Xcaret
Travesía Sagrada Maya. 

La Travesía Sagrada Maya en Playa del Carmen es una experiencia única que combina tradición, fe y valentía. Desde la salida temprana en Xcaret hasta el recorrido en canoa hacia Cozumel, esta ceremonia ancestral es un reto físico y emocional que cambia vidas. Acompáñame en este recorrido lleno de emoción, risas, lágrimas y reflexión, y descubre cómo los participantes desafían el mar y sus propios límites mientras mantienen viva la herencia maya.

Cómo vivimos la Travesía Sagrada Maya

La Travesía Sagrada Maya es un evento que emociona a todos los que lo presencian. Desde el primer momento en que llegas a Xcaret, el parque se encuentra en calma, con el sonido del mar y el aroma a incienso llenando el aire. Aunque la oscuridad aún cubre el lugar, la emoción es palpable, y mientras nos dirigimos a la caleta, las voces y los aromas de la ceremonia se intensifican. El ambiente está cargado de una mezcla de nervios, alegría y esperanza.

La ceremonia comienza con la llegada de los 350 hombres y mujeres que emprenden este viaje lleno de significado. Ataviados con ropa tradicional, se dirigen a sus respectivas canoas en grupos, mientras la multitud los anima con aplausos, gritos y música. En ese momento, el mar parece recibirlos con calma. Las olas del Caribe, usualmente agitadas, se tranquilizan, como si el océano mismo estuviera honrando el coraje de los participantes. La primera canoa comienza su travesía y la emoción crece con cada embarcación que se adentra en el agua.

Después de la ceremonia en Xcaret, nos embarcamos en un catamarán para seguir el recorrido de las canoas. A los 20 minutos, avistamos a la primera canoa, cuyos tripulantes reman con concentración y determinación. A lo largo del trayecto, algunos cantan, otros ríen, pero todos parecen compartir la misma energía. Cada remada representa un esfuerzo, un desafío personal, y cada canoero parece impulsado por algo más allá de la fuerza física.

La travesía de 31 kilómetros entre Xcaret y Cozumel no es solo un desafío físico, sino también emocional. El mar cambia de color a medida que nos acercamos a la meta, y el paisaje se convierte en un telón de fondo para la culminación de esta experiencia única.

La llegada a Cozumel y la ceremonia final

Finalmente, llegamos a Chankanaab, donde la ceremonia de llegada es una explosión de emociones. Al tocar la arena, algunos canoeros se abrazan, otros corren hacia sus familiares, y algunos se sumergen en las aguas cristalinas del Caribe para celebrar. La alegría es palpable en el aire, y a pesar del cansancio y la sed, la fiesta comienza en sus corazones. Los canoeros han completado su misión, pero algo en ellos ha cambiado, algo profundo que solo se puede entender al haber vivido la experiencia.

El regreso a Xcaret

Al día siguiente, después de cumplir con la ofrenda y la consulta al Oráculo de Ixchebeyax, los canoeros regresan a Xcaret. Aunque el regreso es más tranquilo y relajado, la sensación de logro y de haber superado un reto personal permanece. La llegada a Polé es emotiva, con lágrimas, abrazos y un delfín saltando en señal de agradecimiento. Los canoeros han completado un viaje físico, pero también un viaje interno que los ha transformado.

La magia de la Travesía Sagrada Maya

¿Qué hace que la Travesía Sagrada Maya sea tan especial? Es la combinación de la fe, el esfuerzo, la tradición y la magia del mar lo que la convierte en una experiencia única. Como me dijo un canoero, "la Travesía cambia vidas", y no tengo duda de ello después de presenciar la fuerza y la valentía de los participantes. Cada año, miles de personas se preparan para este evento, pero también es una travesía personal que cambia a quienes la viven, un desafío tanto físico como espiritual.

La Travesía Sagrada Maya no solo es una tradición ancestral, sino una prueba de fortaleza y determinación. Cada año, personas de todo el mundo se sumergen en esta aventura, que les permite conectar con sus raíces mayas y desafiar sus propios límites. Sin duda, la magia del mar, la ceremonia y el espíritu de comunidad hacen de este evento una experiencia que deja una huella profunda en todos los que participan.