Yucatán, en el sureste de México, es un destino único que cautiva por su historia, cultura y belleza natural. Desde las imponentes zonas arqueológicas como Chichén Itzá hasta las tranquilas aguas de sus cenotes, pasando por la gastronomía local y las playas vírgenes, Yucatán tiene todo lo necesario para una experiencia inolvidable. Aquí te cuento sobre mi reciente viaje, lleno de aventuras, paisajes asombrosos y la calidez de su gente.
Lugares para visitar en Yucatán
Regresé a Yucatán a recorrer zonas arqueológicas que ya conocía y otras que aún no, a zambullirme en las claras aguas de sus cenotes y a caminar por Mérida, Valladolid e Izamal, a ver flamencos en Celestún y a comer salbutes, cochinita pibil y sopa de lima.
Yucatán: un destino que enamora
Yucatán antoja todos los sentidos, y una vez que te convence y estás allá... hechiza de tal forma que, aunque no te hayas ido, ya estás pensando en volver. Ya sea por la Blanca Mérida, por su comida, por su gente, por sus colores o por Chichén Itzá, todo pretexto es válido para visitar este estado al sureste de México, en la península del mismo nombre.
Llegamos a Mérida una calurosa mañana de abril y cómo no habría de ser así, si bien dicen que Yucatán tiene dos estaciones: calor y calor con lluvia. En primavera, aplica la primera, así que más vale buscar alguna buena forma de refrescarse, como la deliciosa agua de chaya o las olas del mar que bañan Puerto Progreso y Celestún.
Hacienda Xcanatun: un hotel único
Además, volví a Hacienda Xcanatun, de la que simplemente puedo decir que es uno de los hoteles más hermosos de este país. Basta con dar un paso en su interior para saber que la estancia será única e incomparable. Sus altos techos, ceibas, muros, portones y ventanas dejan ver cómo fue en su primera época de esplendor, porque la segunda, sin duda alguna, es la actual.
Disfrutando la gastronomía yucateca
Luego de pasar unos días en Mérida, degustando la mejor cocina típica yucateca en el restaurante La Tradición y visitando las zonas arqueológicas y cenotes cercanos, fuimos hasta Celestún a cumplir uno de mis anhelos: ver flamencos en su hábitat natural. ¡Qué espectáculo más hermoso!
Un paraíso natural: Hotel Xixim
Pero a Celestún también llegamos a encontrar descanso en el Hotel Xixim, arena clara y playas casi vírgenes, alejadas de los enormes resorts y el bullicio. Encontré en este destino un paraíso desgraciadamente mal aprovechado por Yucatán, algo olvidado, y hasta podría decir que descuidado, pero no en el sentido de que esté sucio o mal cuidado. Por el contrario, es una ciudad pequeña, limpia y linda, pero es evidente que no se le ha puesto la atención adecuada para convertirse en un lugar capaz de recibir al turismo sin cambiar su riqueza natural.
Valladolid: encanto y hospitalidad
Luego fuimos a Valladolid y qué gusto ver esa pequeña ciudad tan bonita. Su plaza limpia y arreglada, su gente amable y dando buen servicio al visitante, con novedades en atractivos que desgraciadamente no alcancé a visitar, pero esa es una de las excusas para hacer otro viaje a Yucatán.
Chichén Itzá y el espectáculo Noches de Kukulkán
Esa noche la pasamos en The Lodge at Chichén y aprovechamos para ver Noches de Kukulkán, el espectáculo nocturno en Chichén Itzá. Qué grata sorpresa ver que es de la mejor calidad imaginable y a la altura de los mejores del mundo. Por cierto, es gratuito hasta junio (2015). Definitivamente, casi me llena de orgullo, aunque mi ánimo decayó ante la poca amabilidad y prepotencia del personal de Chichén Itzá.
Izamal: el pueblo mágico amarillo
Después nos trasladamos a un pueblito blanco y amarillo, carismático y agradable, llamado Izamal. Ahí nos hospedamos en el Hotel Rinconada del Convento, justo a un lado de su imponente Convento de San Antonio de Padua.
Más o menos así fue nuestro viaje a Yucatán. A grandes rasgos, les puedo contar que sus carreteras son seguras, están en excelentes condiciones y con buena señalización.
Yucatán: un lugar para volver
Fue un viaje entrañable en familia, en el que pude mostrar a mi pequeña la grandeza de los antepasados de estas tierras, su cultura y las tradiciones del sureste de México.
A detalle les iré contando en días próximos, pero definitivamente les puedo advertir que si van una sola vez a Yucatán, querrán regresar una y otra vez, porque no hay tiempo que alcance para recorrer este estado con tanta riqueza.
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Para disfrutar una tarde en Yucatán. |