Chichen_Itza
Viajar con hijos.

He sido viajera desde siempre y en la actualidad soy blogger de viajes. Una de las prioridades de esta actividad es viajar con mi hija y mostrarle las maravillas de este mundo, pero cuando voy con ella en pleno ciclo escolar me inundan con preguntas en Redes Sociales sobre cómo le hago con la escuela para poder llevar este ritmo de escapadas; por ello, aquí va la respuesta.


Enseñar a viajar a los hijos


Para comenzar debo aclarar que siempre hemos viajado mucho, así que mi hija está acostumbrada a hoteles, restaurantes, aviones, autobuses, caminatas, cambios de horario, etcétera; y luego regresar y ponerse al corriente en la escuela, con nuestro respectivo apoyo por supuesto. Eso lo ha tenido toda su vida, sólo que en un principio no era tanto como ahora que soy blogger de viajes.

Hasta cuarto de primaria, nuestros viajes eran en un 95% en puentes y periodos vacacionales y realmente sólo nos “echábamos la pinta” un par de días al semestre. Ahora, cada vez son más viajes y siempre que es posible la llevo conmigo.

Aunque muchos no lo noten, procuro que las salidas en que mi hija me acompaña sean con un puente de por medio o en los viernes últimos de cada mes en los que no hay clases, de esta forma reducimos los días de ausencia escolar.

Sin embargo, y dado que tiene excelente calificaciones y nunca llega tarde ni falta con pretextos, cuando solicito un permiso en la escuela se lo otorgan con gran facilidad y los maestros nos apoyan revisando a su regreso los trabajos pendientes y dejando que los entregue con un poquito de retraso.

Durante el viaje no me gusta que haga tareas o trabajos de escuela, prefiero que se concentre en lo que ve y que disfrute, por ello mejor la apoyamos para que algunas tareas las deje listas antes de irnos y otras las complete al regreso. Así, siempre que nos vamos bastan unos cuántos días de trabajar más para que todo quede al corriente. Si bien la escuela es muy importante, también lo es el tiempo que pasamos juntas o juntos en familia al viajar.

Sobre todo, cuando veo todo lo que aprende durante los viajes entiendo que llevarla conmigo no es “perder el tiempo”, es abrirle puertas, crearle expectativas, darle conocimientos, llenar sus ojos de belleza, hacerla sentir segura al recorrer el mundo y mostrarle la grandeza de su país, entre muchas cosas más.

Siempre lo he dicho: viajar con tu hijo es darle alas para que algún día vuele seguro a donde decida continuar su vida. 

Yo, por mi parte, me quedo orgullosa y feliz del tiempo que vamos pasando juntas y de lo que aprende en los viajes. Y la escuela? Esa no se va, está ahí y estará siempre para cuando regresemos. Sólo basta que los padres apoyemos un poco más y todo sale bien. 

Creanme, ninguna nota supera el que tu hija diga: “ya conozco 2 de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo, el Coliseo Romano y Chichen Itza. Me faltan 5, cuándo vamos?”. Esas son ganas de conocer el mundo y el tiempo que le tocó vivir!